REALIDAD Y FANTASÍA

Cuando vimos que la real academia española define a la realidad como “Lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico” nos dimos cuenta de todo.
La realidad puede ser una porquería pero siempre es más práctica y efectiva que la fantasía. Puede ser fantástico tener un harén, pero si nos cuesta con una pareja se imaginan lo que serían 200 o 300 esposas.

Y no es que este mal la fantasía, al contrario: es la capacidad de representar ideales en forma sensible. Es decir es imaginarnos a una mina con buena cola y buenos pechos, rubia e inteligente. Aunque sabemos que eso no existe.

También dice el diccionario que es idealizar las cosas reales. Y acá es donde se torna contraproducente. Nos hacemos una idea falsa de lo que conocemos. Algunos hemos llegado a pensar que las mujeres no van al baño ni se tiran flatulencias.

Es como las mujeres que mantienen la esperanza de encontrar un hombre que no eructe, les abra la puerta del auto, tenga facha y sea divertido. No lo esperen más. Ese hombre no existe.

El problema de la fantasía no es la fantasía en si misma, sino que existe una realidad detrás de eso. Está bueno soñar, pero sabiendo que es un sueño, sin falsas expectativas y, a lo sumo, podemos ir al baño a pasar un rato con nuestra mujer ideal.

Para graficarlo siempre sirve el cuento de hadas mas corto y feliz del mundo.
Había una vez un Príncipe bien parecido, atlético, ágil, con gran dominio sobre su corcel y sus armas que le preguntó a la Princesa, que era bella, muy bella:
- Ohh, mi Lady, desearía casarse conmigo???
- Y ella respondió: No!!
Y el Príncipe vivió feliz muchos años yendo a pescar, a cazar, jugaba a las cartas con sus amigos, salía con las mejores putas, tomaba fernet y cerveza hasta desmayarse, se tiraba pedos cuando quería y nadie le rompía las bolas.